Dos semanas después de inaugurarse la exposición “Leonardo da Vinci: Pintor en Corte de Milan” en la National Gallery de Londres, las boletas de venta anticipada se agotaron y ahora la fila en taquilla se extienden hasta Picadilly Circus. Se estima que 300,000 personas visiten la exposición de noviembre hasta febrero. Esta es sin duda la exhibición más importante de la década ya que es improbable que en el futuro se pueda reunir nuevamente casi la mitad de las 15 pinturas que se conocen del maestro italiano. Y no solo es improbable debido a las dificultades para ubicar y acordar los términos de los prestamos de las obras sino porque el frágil estado de conservación de la mayoría no les permitirá jamás salir de sus colecciones originales. De hecho el Museo Czartoryski de Cracovia ha manifestado recientemente que no volverá a ceder en préstamo La dama del armiño, la cual esta en gran riesgo de sufrir daños irreparables con el solo viaje de regreso desde Londres.
Organizar esta exposición tomó prácticamente 10 años no solo de trabajo curatorial sino contractual. Se presume que la National Gallery negoció la mayoría de prestamos con el compromiso de prestar a su vez importantes obras de su colección, así como entregar un porcentaje de las ganancias de la boletería y venta de merchandising. Se rumora, sin embargo, que una colección exigió además un pago económico a última hora que tuvo que cubrir Credit Suisse como patrocinador de la exposición. El resultado de todo este esfuerzo es inédito. Por primera vez se muestran en la misma sala, una frente a la otra, las dos versiones de La Virgen en las Rocas del Louvre y National Gallery, además de obras importantes como La Belle Ferronnière, Madonna Litta y el recientemente descubierto Salvator Mundi. Se espera que el retrato del Cristo esté disponible en el mercado próximamente por algo así como $190 millones de dólares. Una pintura de Da Vinci en el mercado difícilmente se vuelva a ver…¿alguien da más?
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